La invitación

La siesta otoñal en un pueblo santafesino. El tiempo pasa lento. Los espacios de la casa son resignificados: cocinas convertidas en pistas de bailes, lavaderos en un diván, habitaciones en espacios para picnics otoñales. El patio es un parque de diversiones. Pedazos de historias se secan al sol. Entre las sábanas, un encuentro con la infancia a partir del juego.