Payana
La cosmovivencia en el mundo andino entraña experimentar lo que entendemos como animismo (reconocimiento de los espíritus en la naturaleza, visible e invisible), chamanismo (el entablar diálogos y relaciones con los espíritus), el ayni (la reciprocidad), el yanantin (el equilibrio en la oposición complementaria), la minka o minga (la labor comunitaria), el ayllu (el sentimiento de comunidad y colectividad), el tinkuy (el encuentro de los diferentes), el culto a los ancestros y más. Todas estas cosmovivencias entrañan corporeidades como el caminar y el peregrinar, el danzar, cantar y hacer música, el participar en labores (relacionadas al manejo de la tierra, el agua, las plantas, los animales, la piedra, los alimentos) y en círculos de palabra, el realizar ayunos, baños y dietas, y el participar en rituales o ceremonias (de ofrenda, iniciación, bienvenida, despedida). La persona que vivencia estas relaciones existentes entre las comunidades humanas, las comunidades de la naturaleza y las comunidades invisibles lo hace a través del cuerpo; del reconocimiento de que una montaña es un ser vivo, de que un río es vital para la vida como lo es la lluvia, de que la tierra brinda abundancia y que las plantas le hablan en sus sueños. Payana es el reencuentro con el despertar de memorias olvidadas.