Recorro las fotos que tomé entre los años 1998 y 2008 durante mis viajes. Las reordeno como si se tratara de un álbum de fotos, una noche, a solas en casa. La memoria desordena las fechas y yo simplemente soy espectadora de las imágenes que aparecen: ciudades, encuentros, anécdotas. Descubro que las imágenes son muy similares entre sí, como si siempre tomara la misma foto.