Rubén Bravo (Venezuela) tiene 29 años y llegó hace cuatro a la argentina en busca de horizontes laborales. Hoy su vida se reparte entre su trabajo como técnico de alimentos y la liga argentina de béisbol donde dirige a los Criollos de Venezuela quienes llegan x primera vez a la final del campeonato. Mientras tanto mantiene una difícil relación a distancia con su pequeño hijo de 7 años.