El 2 de octubre de 1924, el futbolista argentino Cesáreo Onzari convirtió lo que se conoce como el primer “gol olímpico”, en el hoy sepultado estadio del Club Sportivo Barracas. Cien años después de aquel mítico acontecimiento, la historia se reactiva excavando las profundidades del estadio, explorando la memoria de los familiares de Onzari y recreando aquella época mediante un festival comunitario callejero que llena de alegría al barrio de Barracas.