El asesinato del abogado guatemalteco Rodrigo Rosenberg en 2009, anunciado por él mismo en una cinta de video en la que identificó como máximo responsable al presidente de la Nación y su entorno, resultó el detonante de una crisis política cuyos efectos amenazaron durante meses la estabilidad democrática del país. La investigación dejará al descubierto una trama que vincula el poder institucional y diplomático, los intereses empresarios concentrados, los servicios de inteligencia y paramilitares vinculados a la guerra fría, y la tradicional oligarquía local que desde un siglo atrás controla los principales resortes de la política y la economía de Guatemala.